Te detallamos los tipos de emisores que tenemos para que veas las diferencias entre ellos y el uso indicado que tienen. Así te será más fácil escoger correctamente cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades:
Secos
Fabricados por un cuerpo de aluminio/acero, con resistencias en aluminio extruido de gran superficie de disipación, esto hace que el equipo tenga un rendimiento óptimo y sean rápidos en su calentamiento. Recomendables para un uso de pocas horas de calefacción al día, en viviendas de fin de semana, como apoyo a otros sistemas de calefacción, etc.
Fluidos
Están construidos por un cuerpo de aluminio inyectado que posee en su interior un fluido térmico caloportador de alta inercia térmica que permite seguir emitiendo calor sin consumir energía una vez desconectados, aunque tardan más tiempo en comenzar a desprender calor que los emisores de tecnología seca.
Idóneos para estancias donde haya niños o personas mayores por su temperatura superficial menor gracias a la distribución uniforme del calor.
Muy recomendables en instalaciones donde utilicemos los equipos de manera continuada varias horas al día, como viviendas habituales, oficinas, comercios, etc.
Cerámicos
Están fabricados con un cuerpo de aluminio inyectado y una resistencia en su interior de piedra volcánica ecológica. Aunque tardan más tiempo en alcanzar su temperatura máxima son los emisores con mayor inercia, generando calor durante más tiempo sin consumir energía aún después de haber sido desconectados.
Muy apropiados para un uso intensivo en instalaciones donde utilicemos los equipos de manera prolongada.
¿Sigues con más dudas al respecto? Pregúntanos.